¡Cristo ha resucitado!
Aquí se ve la Gloria de Dios:
Primero se suicida y luego resucita.
Cosas de viejo...
Es complicado hablar con un lorito, querida Woodys.
No te escucha, y sólo repite lo que le ha dicho una deplorable cuadrilla de energúmenos.
Un lorito sólo se escucha a sí mismo.
Y se la trae al pairo que te esfuerces en explicarle las normas del nobilísimo juego del ajedrez.
Sólo espera que le des un cacahuete.
Como todos los bichos de compañía.